Desde el punto de vista biológico, las abejas son insectos polinizadores. Lo anterior quiere decir que, al recolectar el polen y néctar de las flores de diferentes plantas, las abejas propagan las semillas de las plantas, garantizando así la supervivencia de una porción importante de la flora en el mundo. En otras palabras, las abejas y demás polinizadores tienen una relación simbiótica con la flora en la que habitan, la cual proporciona el alimento y sustento de todos los seres que habitamos la tierra. Los cultivos de frutas, por dar un ejemplo, dependen y coexisten con animales polinizadores como las abejas. En la actualidad, cultivadores de productos como el arándano crían abejas dentro de sus instalaciones para aumentar su producción, y así mismo poner de su parte en la protección del medio ambiente.
Fuentes: